Los hitos
del desarrollo se producen continuamente en un bebé sano tras su nacimiento.
Partiendo de las premisas, que su alumbramiento se ha producido de forma
fisiológica, a término y sin intervención ni manipulaciones innecesarias como
pueden ser una cesárea, maniobras, uso de Oxitocina sintética, fórceps,
ventosas, etc...
El bebé es
estimulado por el entorno que lo rodea, teniendo este punto vital en cuenta,
que mejor que estar cerca de la mamá desde el minuto 0 tras su nacimiento.
Para ello,
el porteo es una herramienta fundamental que nos ayuda a respetar la postura
fisiológica del recién nacido, tener contacto permanente con él, supervisión
constante de su estado y respiración, proporcionarle seguridad, confort y
descanso en cada momento, alimentarlo a demanda, tener las manos libres y por
lo tanto autonomía para realizar actividades mientras porteamos a nuestro bebé.
Al nacer
un bebé no tiene adquirido el Control Cefálico, es lo que le
permite sostener su cabeza mediante la estructura muscular de sus cervicales.
En este punto, al portear a un bebé hay que tener en cuenta, que debemos
proporcionarle sujeción en esa zona. Para ello, el portabebés ergonómico debe
aportar soporte hasta por encima de sus orejas, lo que permite que su cabeza se
mantenga estable sin sufrir movimientos bruscos. A partir, del primer mes y
siempre y cuando el bebé tenga opción de pasar de los brazos al suelo boca
abajo comenzará a ladear ligeramente la cabeza dejando sus vías aéreas
despejadas e incluso inicia la elevación de la misma.
Igualmente,
la postura fisiológica del bebé recién nacido tiene una característica
peculiar, manteniendo la que han adquirido en el útero materno durante los
meses de gestación. Presentan los brazos y piernas flexionados sobre sí mismo y
su cadera con una apertura natural.
Postura de
ranita definida en porteo, y cadera en forma de M (culo del bebé apoyado en el
portabebés mientras sus piernas se mantienen más altas que el mismo).
De esta
manera, el portabebés respeta la posición del nacimiento del bebé, ajustando
perfectamente punto por punto sus vertebras y con ello, fomentando el tono muscular
sin forzar la apertura excesiva de sus caderas y recayendo el peso del bebé
sobre su culete y no sobre sus genitales. No va colgado, va sentado.
Cuando un
bebé es capaz de elevar su cabeza desde el plano horizontal boca abajo en el
suelo, o en posición vertical, ésta se alinea con el tronco evitando caer hacia
atrás y dañar sus vertebras cervicales. Podemos decir, que ha logrado un nuevo
hito en su desarrollo, la adquisición del Control Cefálico.
Este
momento, en torno a los 3 meses, suele coincidir con su desarrollo cognitivo,
descubre su Propiocepción (reconoce sus manos), es capaz de observarlas,
moverlas, levantar ambas a la vez para intentar alcanzar un objeto en su línea
media cuando se le ofrece.
Su
adaptación social y lenguaje también dan un salto importante, son capaces de
permanecer atentos cuando se les habla, emitir una sonrisa social y voluntaria
como respuesta a la atención prestada, reconocer la voz de su mamá y papá.
Observar el entorno que lo rodea con curiosidad.
Relacionando
estos hitos de desarrollo con el porteo, tal vez ahora no les apetezca que el
portabebés sujete constantemente su cabeza y cuello porque ya es capaz, de
mover su cabeza a un lado y al otro. Por lo tanto, tenemos que tener presente, que ya sea el fular, bandolera
o mochila realizada con tela de fular especialmente indicada desde el
nacimiento, no debe alcanzar la altura que usábamos cuando era un recién
nacido. Incluso en este punto hay bebés que ya quieren sacar los brazos y
manos, pueden ir manipulando el propio tejido del portabebés, pelo, cara, complementos
o ropa del porteador.
La
estimulación sensorial a nivel social en este momento es muy importante, la
creación de vínculos seguros se fomenta con las miradas, caricias, besos, el
lenguaje que le proporciona el porteador, la alimentación que lo nutre no sólo
físicamente. Para ello, un portabebés favorece al tener al bebé siempre con
nosotros, lo más cerca posible, estimulando así también a nivel visual, con el
reconocimiento de imágenes, expresiones faciales, a nivel auditivo,
reconociendo diferentes tonos de la voz, olfativo interpretando el olor de la
mamá o el papá, la leche materna...
Cuando un
bebé adquiere la Sedestación, es capaz de mantenerse sentado,
curvando y moviendo el tronco. En un primer momento, sujeto por un adulto o
sobre la cadera de un lado u otro. Luego se sienta con apoyo, ayudado de una
mano para alcanzar un objeto hasta llegar a no utilizarlos. Este hito del desarrollo se suele producir
sobre el sexto o séptimo mes.
Adaptando
esta nueva capacidad al uso de portabebés y porteo, se puede optar por cambiar
de posiciones, ya no sólo portear frontalmente, sino en la cadera o espalda
según la seguridad y destreza del porteador. Se puede ayudar de otros
portabebés que se adapten o sí lo hacen con fular rígido probar diferentes nudos.
Uso de mochilas de panel rígido especialmente indicadas para el momento en el
que se adquiere la Sedestación.
En este
momento, el tejido del portabebés ya no hace falta que tenga una sujeción hasta
su cuello, con quedar a mitad de la espalda y permitir que sus brazos queden
libres es suficiente. El bebé tiene mayor control de su tronco, ha adquirido un
tono muscular apto para girar sobre sí mismo, voltear, moverse de un lado a otro mientras permanece
sentado con la intencionalidad de alcanzar objetos.
Es por
tanto, un momento idóneo para ofrecerle más libertad mientras es porteado, se
puede suceder la pauta suelo- brazos constantemente según reclame el propio
bebé. Con las mismas ventajas, cercanía, contacto, seguridad, alimentación,
pero con mayor autonomía y flexibilidad para favorecer al movimiento.
A medida
que el bebé crece y se desarrolla sus movimientos serán más vigorosos hasta
logra el Arrastre y el Gateo hacia el séptimo u octavo mes. Comienza
a girar, a arrastrar su cuerpo de atrás hacia adelante y viceversa. Es capaz de
ponerse en cuatro puntos, rodillas y manos, incrementa el balanceo, obtiene la
seguridad de estar en tan sólo tres puntos de apoyo al levantar alguna de sus
manos del suelo para sujetar algún objeto que llame su atención.
El porteo
en esta fase debe ser adaptado al nuevo avance del bebé, puede llegar a tener
una pequeña "crisis" de no querer ser porteado durante tanto tiempo
como lo hacía antes. Es normal, ya que es una etapa de total descubrimiento del
entorno que lo rodea, la capacidad de moverse le permite indagar y experimentar
constantemente. También es cierto, que cuando se sienten cansados, necesitan el
recogimiento de los brazos para descansar y notar la cercanía del porteador. Se
puede utilizar diferentes portabebés más ligeros que faciliten a los padres
esta situación, tales como bandoleras de anillas, tonga, pouch, mei-tais.... o
tener destreza con el fular para rehacer nudos constantemente.
Puesto que,
ahora pasarán del suelo a los brazos continuamente. También tener en cuenta,
que su motricidad fina cada vez está más desarrollada, adquiriendo la pinza
tijera, son capaces de golpear objetos, mantenerlos durante un espacio de
tiempo, pasarlos de una mano a otra por lo que, sus brazos y manos pueden ir
totalmente descubiertos y el tejido del portabebés cubrir hasta sus caderas o
media espalda dependiendo el que se use en este momento. A nivel Social y
Lenguaje el desarrollo también se verá incrementado con el uso de
portabebés, el bebé mantendrá contacto directo con el porteador y con el resto
de personas que se vinculen con los padres o personas que lo porteen en este
caso al estar a la misma altura.
Sobre los
diez meses, el bebé pasa a estar de pie con apoyo a estar sin él y de ahí, los
cambios posturales son notorios y logra un hito destacado la adquisición de la Postura
Erecta y la Marcha sobre los doce meses.
Hay padres
que piensan que en este momento, se va a producir el final del porteo. El bebé
muestra total libertad de movimientos, explora el medio que lo rodea, camina,
alcanza los elementos que le rodean, su lenguaje es mucho más fluido, utiliza
varias palabras con funcionalidad, es capaz de identificar partes de su cuerpo,
objetos, responde a indicaciones tales como "dame", a su nombre,
señala, da juguetes, su principal interés se centra en el juego y en el incremento
de relaciones con su entorno y personas.
Pero
también existen momentos de descanso y brazos. Aún se agota al hacer grandes
desplazamientos y necesita ser llevado cerca de sus padres. Como hemos indicado
desde el gateo, en este momento la utilización de portabebés deben facilitar al
porteador esa continúa subidas y bajadas al suelo por parte del bebé.
Portabebés ligeros, mochilas o nudos con fulares cortos suelen ser los que más
benefician a esta etapa.
En
definitiva, el uso del porteo adecuado y de portabebés ergonómicos se puede
adaptar a cualquier momento en el desarrollo motor, evolutivo y cognitivo de
nuestro bebé.
Sus
beneficios son inmensos en cualquier momento, respetan su desarrollo y ritmos a
la vez, que permite tener mayor cercanía, supervisión sobre el bebé, fomenta la
alimentación natural del pequeño, incrementa el descanso en los momentos que lo
necesita al estar cerca del cuerpo de la madre o del padre y por lo tanto,
favorece a la formación de vínculos de apego seguros.
Como conclusión:
¿Influye el porteo en el desarrollo de un
bebé?.
Por
supuesto.
Nunca es
tarde para Portear, se adapta a cualquier familia y situación.
¡Son todo
ventajas!
Chamaida Fajardo Morales.
Psicopedagoga,
Experta en Atención Temprana, Educadora
de Masaje
Infantil AEMI, Especialista Método AMNIO
y
Asesora
Continuum Mimos y Tetas en Formación.
Mamá&Yo
www.mamayyo.net
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